Estaba escribiendo un comentario en el blog de un amigo, tan extenso para ser un comentario, que he decidido que sea un post.
Este pretende explicar lo que sentí durante y después del partido, aunque seguro que ni me aproximo a lo vivido, ya me diréis.
Tan grande es esto que ayer vi, en un pueblo de 600 habitantes; marroquíes y rumanos blandiendo orgullosos la bandera del país que les acogió en su día, hombres grandes como castillos llorando sin consuelo por una alegría incontenible, gentes de toda condición celebrando y abrazando a quien tenían a su lado, pero sobre todo vi a 23 chavales dando una lección de humildad y deportividad al mundo en lo que (quizá) en otro caso habría sido prepotencia. También vi un gesto tan bonito y tan sencillo como un beso callar la boca a mucho indeseable mientras el resto del país lo sentimos como nuestro.
Me emocioné con la emoción de Casillas, grité a la vez que Iniesta, sudé y viví lo que Puyol, corrí lo que Xavi, fui elevado a los altares como Capdevilla, pero sobre todo sentí lo que 23 españoles en Sudáfrica, miles en el extranjero y millones en nuestra gran tierra. Ellos jugaron, tocaron, corrieron, sangraron... pero ganamos todos.
Gracias España!!
joder esto es la hostia, ojala nunca se acabe el dia¡¡¡
ResponderEliminarLa verdad es que fue especial. Un dia para no olvidar...
ResponderEliminarFue súper emocionante, son sensaciones y expariencias únicas, para toda la vida. Y según han ido pasando los días, más lo he saboreado.
ResponderEliminarLo que vivimos fue algo que iba a calificar de indescriptible, pero que tú has conseguido plasmar con esas palabras.
ResponderEliminarMe ha encantado y me ha hecho revivir unos momentos inolvidables.
Me sumo a tus gracias!