Hace bien poco que me saqué el carnet de conducir, de hecho hoy hace exactamente 4 meses que soy legalmente capaz de conducir, o al menos eso es lo que pone en el propio carnet.
De lo que quiero hablar aquí hoy, mucho tiempo después de la última entrada es de lo que me provoca conducir.
Nunca he sido un fan de las cosas que llevan motor casi de ningún tipo, aunque con los coches y las motos hubo un tiempo que tuve cierto feeling. Este poco interés por estas cosas hizo que nunca me interesara demasiado conducir casi ningún tipo de vehículo. No quería moto con 14 ó 15 años y no me preocupó demasiado tener carnet de conducir a los 18, de hecho, viviendo como vivía en Madrid me parecía de lo más prescindible, teniendo en cuenta que el Metro de Madrid "vuela".
La cosa cambió cuando hace unos años me quedé en paro y mi gente me presionaba para que me lo sacara, aunque sin demasiado éxito eso sí. Cuando cambió de manera definitiva fue cuando me puse a trabajar de manera más o menos estable en Aranjuez y la única alternativa al coche eran 90 minutos de autobús por carreteras secundarias de la comunidad de Madrid, aunque aun así y debido a la fuerza de la costumbre esto tampoco me importaba demasiado. En estos trayectos infinitos aprovechaba para dormir o escuchar música.
Pero al fina cedí a las presiones de mi alrededor y me saqué el carnet de conducir, algo que es tremendamente aburrido pero relativamente sencillo y así, me desplazaba algunos días desde Villarejo hasta Aranjuez, en un Ford Fiesta del año de la tana, pero que responde como un auténtico Titán.
En fin, a lo que vamos.
Después de todos estos años sin saber hacerlo, he descubierto que conducir es una cosa bastante agradable y divertida que te deja tiempo para pensar, escuchar música, hacer sonar el claxon sin motivo aparente, saludar a los transeuntes que no conozco, etc, vamos, que me gusta.
Lo mejor de todo esto es cuando de repente y sin previo aviso en el radiocasete (no hay dineros para CD) suena una canción de esas que te pone los pelos de punta. El otro día me pasó volviendo de trabajar a las 5 de la madrugada con With or Without You, imaginaros que momentazo. Y esta mañana de nuevo con U2 y mi canción favorita de ellos, I Still Haven't... uff!
No me quiero ni imaginar cuando le ponga al coche CD.
jajaj que buen resumen de conducir, pero coincido 100%, mi coche tambien es una tartana pero tiene radio con USB y unos altavoces que podrías derribar muros...
ResponderEliminartodo por la sensacion de escuchar música mientras de diriges a ningún sitio...
eso sí por muy caro que sea tu coche (yo soy de los que pienso que cuanto más barato mejor)la esencia del placer es la misma oir los primeros acordes de una de tus canciones favoritas...
Puedes poner a tu fordfi un subwoofer, o como se escriba, para escuchar mejor la batería de Mullen y ya de paso ir a radical, abrir el maletero e improvisar un botellón en el parkin de la disco..
ResponderEliminarSabe Dios que a "tu entorno" le costó Dios y ayuda que te sacaras el carnet pero al final lo que cuenta es el momento actual y que encima estés disfrutando de ello.
ResponderEliminarLa verdad es que en el coche se viven buenos momentos, tanto uno solo como en compañía y la mayoría van acompañados de buena música.
P.D. Larga vida al Forito!
No hay mejor auditorio que el coche de uno mismo. Conducir en soledad escuchando un temazo como "I still haven´t found" al volumen que quieres no tiene precio... Pequeños (o grandes) placeres...
ResponderEliminarMarcos: Coincido contigo, no hace falta tener un cochazo para tener tu propio espacio.
ResponderEliminarDani: Con lo que tengo me conformo, yo no soy muy del Radical.
María: Tod llega, larga vida!
Diego: De acuerdo contigo también, y bienvenido.
Macho que por mas que lo intento eso de pitar a solas por el mundo no le veo yo la gracia. Jajaja
ResponderEliminarYa no solo escuchar los acordes de una de tus canciones favoritas, sino cantarla como si te fueran a nominar en OT. Los pelos se ponen como escarpias...