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Espero que os guste esta nueva "aventura" en la que me embarco.

martes, 3 de agosto de 2010

El Maestro

El Maestro es una de mis canciones favoritas de Patxi Andión, que entre otras cosas es un gran cantautor. Esta canción habla de la realidad de los maestros en la posguerra, una figura denostada por autoridades y ciudadanos que malvivía por una vocación y labor social, enseñar a leer, escribir y "las cuatro reglas" a gentes que no querían o no podían aprender pero lo necesitaban.

Creo que hoy en día esto no ha cambiado demasiado, el maestro sigue siendo alguien tachado de vago con demasiadas vacaciones y al que se le paga demasiado. Yo, que me he criado entre maestros pienso que esto es falso, pienso que los maestros deberían ser admirados por la sociedad y deberían gozar de mejor posición económico/social. Estar 8 horas picando lo puede hacer cualquiera, pero enseñar y educar está al alcance de unos pocos, que por desgracia no son todos los que enseñan.

Después de 31 años de vida y de haber pasado por 3 colegios y 4 institutos (por buen estudiante) y de haber visto año tras año en mi casa el esfuerzo y la dedicación de una MAESTRA, comprendo que el maestro es una figura fundamental en la sociedad y del que la gente ignorante no sabe nada más que tiene "muchas vacaciones".

Gracias a Gonzalo descubrí el placer de conocer la historia, Gracias a Don Luis (al que tratábamos de tú), a Julian, y a Manuel entendí que leer es un placer inimaginable y que escribir es algo mágico, Gracias a algunos de mis maestros de matemáticas del cole, a Agustín y a Alberto Villena aprendí que las matemáticas son útiles todos los días de la vida, y gracias a todos ellos y a la madre que me parió (maestra en todas las facetas de mi vida) me intereso por casi absolutamente todo lo que me rodea y sigo aprendiendo a diario y hasta el día en que me muera.

Un buen maestro tiene el poder de enderezar la vida de un niño cuyo camino se ha torcido, el bien más preciado de la humanidad, el futuro del planeta en forma de niños les es confiado a ellos, y esto no se paga ni con dinero ni con vacaciones.

En Historia de una Maestra, Josefina R. Aldecoa dice a través de uno de sus personajes: "y ese pequeño ser que ríe, piensa y llora os ha sido confiado", la definición no puede ser más exacta.

Este post va dedicado a todos esos maestros que día tras día se dejan la piel para que esos pequeños seres se conviertan en personas de provecho.

Gracias.