Bienvenidos

Espero que os guste esta nueva "aventura" en la que me embarco.

jueves, 22 de octubre de 2015

Gran experiencia

Esta misma noche he vivido una de las experiencias más bonitas desde que soy padre, y no son pocas las que vives al principio (buenas y malas), que es donde me encuentro.

Hoy he decidido leerle su primer "cuento" a mi hijo y a medida que fluían las palabras a través de mis labios, él se iba quedando dormido y a mi me ha parecido lo más hermoso y gratificante del mundo.

No ha sido un cuento lo que le he empezado a leer, ha sido un clásico, algo enorme que espero que valore como yo lo he hecho desde que lo descubrí, hoy he empezado a leerle a mi hijo El Principito.

De manera espontánea he buscado algo que leerle en la cama y me he acordado de este texto inmortal. He empezado a leerlo y de repente y sin saber por qué me he ido emocionando según iba avanzando. Me he emocionado por el momento tan bonito que estábamos viviendo los tres (Maripaz también estaba presente). Me ha emocionado que mis palabras le relajen, y me ha emocionado el hecho de redescubrir junto a mi hijo la magia de la literatura, no de toda la literatura, de la literatura que me fascina y emociona y que tenía olvidada.

Puede que para muchos este texto no sea más que la divagación de una persona con tendencia a la exageración de los sentimientos, pero para mi va a ser algo inolvidable.

Espero que desde hoy, mi hijo comparta conmigo la pasión por el arte en el más extenso significado de la palabra.

lunes, 12 de octubre de 2015

Muros

Esta mañana al venir de camino al trabajo y como todas esas mañanas de trayecto laboral, venía oyendo un programa de radio que me gusta y me entretiene mientras conduzco.

Hoy, entre otros asuntos hablaban de un documental español que se titula como mi post de hoy, "Muros".

Este documental trata de los muros físicos que levantamos los países ricos en dinero para que los habitantes de los países pobres no puedan llegar a nuestras vidas. En concreto habla (hay muchos otros) de los que separan Sudáfrica de Zimbawe, Estados Unidos de Méjico y España de Marruecos.

Últimamente vengo pensando en lo deshumanizado que está el ser humano actual, y me ha venido al pelo.

Lo que me ha llamado la atención (y lo que me ha abierto los ojos) de la charla del director del documental es que ha explicado lo que implican estos muros y es que lo que realmente impiden es que los que están en el lado "pobre" tengan una vida digna, ya que ellos no buscan una vida mejor, lo único que buscan es una vida, así de duro. En los países en los que viven hay hambre, violencia y muerte, no quieren coches, casas o dinero, quieren vivir y a nosotros, a todos nosotros, lo único que se nos ocurre es levantar muros o vallas para que no lleguen nunca a molestarnos. Digo todos porque estas vallas o muros se pagan con el dinero de nuestros impuestos y nos parece estupendo.

Otra de las cosas que me han llamado la atención y que hará que vea este documental es el testimonio de uno de sus protagonistas. En este caso un habitante de Zimbawe hacía un paralelismo entre Walls (muros) y Wars (guerras) y es que estos muros, además de estar vigilados por personas armadas que en algunos casos llegan a disparar contra los que los intentan superar, obligan a estos habitantes a vivir en la miseria de por vida, por lo que son tan agresivos o más que las propias guerras, mejor dicho, es una forma de guerra pasiva.

Hace tiempo pensaba lo que pensábamos todos, "Como estarán en su país para jugarse la vida en el camino", pero hoy me ha cambiado radicalmente este pensamiento. Ya que yo pensaba que allí no eran felices y realmente buscaban esa felicidad, pero para ellos eso no es importante, sólo buscan una vida. La felicidad es un lujo que no está al alcance de todos los seres humanos.

Levantamos una valla o muro para que no puedan llegar a sentarse en nuestros sillones, en nuestros restaurantes, para que no puedan llegar a ser vecinos nuestros, que sus hijos no jueguen con los nuestros, que sus hijos no se casen con los nuestros, seguimos pensando que son bárbaros...

Hace uno años, cuando yo era muchísimo más puro que ahora (ahora estoy infectado de este virus deshumanizador) tuve una experiencia reveladora en el metro de Madrid. En el andén de Tirso de Molina se sentó a mi lado un indigente con aspecto musulmán (aunque su religión no me la dijo). En aquella época yo leía mucho, y este señor me preguntó qué estaba leyendo. Automáticamente y sin pensar cerré el libro y se lo ofrecí y aunque era reacio a cogerlo le insistí, lo cogió y estuvimos hablando un rato de libros y de la vida en general. Cuando llegué a mi destino (él continuaba) le tendí la mano pero esta vez no aceptó mi propuesta, ya que según me explicó, tenía las manos sucias y prefería no hacerlo. Nos despedimos y a mi se me quedó una muy buena sensación con aquella persona.

Aquella experiencia supuso una lección de la vida para mi, que espero poder enseñar a mi hijo.