Bienvenidos

Espero que os guste esta nueva "aventura" en la que me embarco.

miércoles, 25 de enero de 2012

Un Buen Día

Estoy teniendo un día tan cojonudo, que he decidido escribir un post para la posteridad.

Lejos de, como dice la canción, levantarme casi a las 10 y quedarme en la cama más de tres cuartos de hora, me he levanto en el mismo instante en el que, a las 8:45, sonaba el despertador, y ha merecido la pena.

Nada mejor que un poco de teletrabajo mañanero para descubrir que en casa y sin teléfonos que suenen, gente que llame a la puerta, compañeros con los que hablar, etc, 3 horas de trabajo bien concentrado dan para muchísimo. Ojo, que hablar con los compañeros es de las mejores cosas que tiene cualquier trabajo, no se me vaya a enfadar alguien que no van por ahí los tiros.

Después de trabajar una rato, desayuno a base de piña y al gimnasio a correr un poquito, que me estoy poniendo como Falete.

Llego a casa, pongo un capítulo de True Blood (mi serie favorita de la actualidad) y a relajarme un poquito, que en breve llega mi señora de ganarse el pan y tengo que tener la comida hecha, que menos. Además, estos momentos hay que aprovecharlos, ya que no comemos juntos y solos casi nunca. Hoy el menú ha constado de ensalada de tomate con jamón y aceite de oliva, langostinos y salmón a la plancha. Hemos comido de puta cojonudo. Y antes de irme a jugar al pádel un poquito de relax en el sillón.

En torno a las 17:10 me he ido a jugar al pádel, no sin antes tomarme una coca cola light hasta que llegara mi compañero. Doce kilómetros y diez minutos depués empieza uno de los mejores partidos de pádel que he jugado nunca, no por el nivel de juego, que también, si no por la intensidad del mismo. Además, a esto hay que sumarle que ganar a unos chavales a los que sacas 10 años y 20 kilos, da mucha moral. El resultado ha sido 6-4, 3-6 y 6-3 para nosotros.

Ahora una ducha y a ver el partido un rato con los amigos. El resultado me da exactamente los mismo, aunque prefiero que gane el Barça, pero es que tanto "clásico" de los cojones aburre un poco.

Mucho se tiene que torcer el día para que no acabe siendo un día genial, toco madera.

viernes, 6 de enero de 2012

Aquellos maravillosos años (parte 2)

Ya hace unos años de esto que voy a hablar, y creo que la perspectiva del tiempo me permite ser objetivo, al menos, todo lo objetivo que se puede ser cuando se habla de uno mismo.

Esta vez voy a hablar de mi faceta como actor, que además coincidió en el tiempo con mi faceta de enmarcador, ya que esta última fue muy dilatada.

Un buen día una amiga nos propuso ir a ver a una compañera suya que actuaba en un teatro de Lavapiés, y como siempre me ha gustado el teatro y las artes escénicas en general, no me pude negar, más teniendo en cuenta que mi amiga nos prometió a todos los que fuimos que no nos íbamos a "quedar fríos".

La obra en cuestión era la visión, muy particular que Antonio Díaz Florian había hecho hacía años de La Casa De Bernarda Alba, de Federico García Lorca.

Efectivamente la obra no mos defraudó en absoluto, más bien al contrario, salimos de aquel incómodo, pero bellísimo lugar encantados con esta adaptación, en la que las actrices encarnaban los personajes de esta farsa de rodillas, para así, parecer enanas feas y casi desfiguradas.

A la salida del teatro, las propias actrices nos ofrecieron un sobre en el que encontrabas una cuartilla en la que te invitaban a dar tu opinión sobre la obra. Además, dentro del mismo podías encontrar información del teatro tal como: "si quieres participar en nuestros talleres, llámanos". Así lo hice, llamé, y para mi sorpresa durante esa misma llamada me ofrecieron el que fue mi primer papel en una obra de teatro remunerada y que constaba de una sola frase y a penas unos minutos en escena.

En mi primera visita al teatro después de esta obra me enamoré de aquel lugar, de aquella gente y de la escena. Ensayar pasó a ser la cosa que más me gustaba en el mundo, y he de decir que no es fácil; es complicado, cansado, agotador tanto mental como físicamente, pero un ejercicio de depuración increíble.

A partir de ahí todo fue rodado, muchos ensayos, participación en todos los montajes de la compañía, nuevos papeles, etc. Durante bastante tiempo mantuvimos en cartel Bodas De Sangre, una vez más de Lorca y una vez más adaptada por Antonio. Aquella fue una de las mejores experiencias de mi vida. Era genial ensayar y compartir tareas con todos los que participamos en aquel montaje, y ni que decir tiene que era sobrecogedor recibir el calor del público en cada exclamación, risa, llanto y por supuesto en el aplauso final.

Una de las últimas veces que fui a ver aquel fantástico lugar (si no la última), fue a ver Bodas De Sangre, con un equipo completamente diferente al nuestro. La experiencia fue maravillosa, nunca lo olvidaré, al igual que nunca olvidaré lo que pasó al terminar la función. Y por supuesto jamás olvidaré aquel mágico lugar en el que reí, lloré y sangré.

Por todo esto, debo dar las gracias al Teatro Espada De Madera, ya que me ayudaron mucho en aquel momento y me abrieron la puerta del mundo de la escena.